jueves, 8 de marzo de 2012

¿donde estoy?

Hoy me ha sucedido una cosa que a mi me ha parecido muy curiosa, pero que veo que es bastante habitual. A las 8.30 de la mañana he llegado a la estación de autobuses, con el tiempo justo para que se apeen los pasajeros que llevaba y suban los que estaban esperando el autobús, pero todo esto sin prisas, más o menos un minuto o un minuto y medio. Bien, pues cuando salgo de la estación de autobuses, al ir a incorporarme a la calle Castilla, viene una pasajera y me dice: "Quiero apearme" (con un tono de voz un poco elevado); la explico que hasta la primera parada no se puede apear, que yo no puedo detener el autobús donde quiera y me contesta que lo que tenía que haber hecho es quedarme más tiempo en la estación de autobuses. Pues eso, la chica se había dormido en el trayecto anterior justo en el asiento que queda por detrás del conductor y por supuesto yo no la había visto. Lo mejor de todo es que se enfada porque yo no he esperado pacientemente en la estación de autobuses a que ella se despertara.

Pues hace una o dos semanas me cuenta un compañero que estuvo haciendo la línea, y en la retirada del autobús, apaga el cartel, apaga las luces interiores del autobús y sube la música de la radio. Llega a cocheras y cuando está repostando el gas-oil viene un chico (que ustedes entenderán hasta donde se te tiene que subir el corazón, para luego volver a bajar, dar dos vueltas de campana para después latir a 250 pulsaciones por segunndo durante varios minutos, cuado piensas que vas solo en el autobús y de repente te aparece un ente) y le pregunta: "¿ahora vas al ayuntamiento, no?". No voy ni a comentar el resto de la conversación, creo que es fácil imaginarlo.

Señores, mucho cuidado con estas cosas porque hay casos muy graves. No voy a dar nombres, ni quiero que nadie se sienta ofendido por lo que voy a contar; Cierto día, realizando cierto recorrido, de noche, un conductor acaba su servicio, quita el cartel, apaga las luces, pone la música a tope y por supuesto creyéndose solo empieza a cantar a voz en grito, a animarse a si mismo como si en una carrera estuviese..., en fín, todo aquello que podría avergonzar a cualquiera; Cuando está en pleno auge de su concierto particular, aparece una sombra por detrás que grita: "¿dónde estamos?". Os preguntaréis, qué pasó, podría haber sido que del susto hubiese tenido un grave accidente con el autobús, pero lo que pasó en realidad se puede considerar el mejor de los males: digamos que se manchó los pantalones (mucho).

Así que señores viajeros, para evitar estas desagradables historias que podría seguir enumerando interminablemente, les voy a dar las tres pistas para que se den cuenta de que el servicio acabó. La primera es cuando se apagan las luces interiores del vehículo, la segunda es cuando de repente la música que suena está mucho más alta de lo sanitariamente admitido y la tercera es que el conductor empieza a cantar o en su defecto a hablar solo. Si esto ha quedado suficientemente claro, sólo pido un pequeño favor. Cuando esto suceda y alguno de ustedes sigua dentro del autobús, diríjanse al conductor a la mayor brevedad posible y sobre todo, por favor, por favor, sin gritos. Dense cuenta de que sus vidas pueden depender de ese momento.

jueves, 23 de febrero de 2012

MI NO ENTENDER

Esta es una conversación real, aunque pueda parecer lo contrario, que escribo literalmente:

SEÑORA: ¿Este va allí donde hay una gasolinera y una caja de ahorros?
YO: ¿A La Albericia?
MISMA SEÑORA CON TONO MÁS ALTO: ¡No! ¡¡Donde hay una gasolinera y una caja de ahorros!!
YO: ¿A Cazoña?
MISMA SEÑORA ENFADADISIMA: ¡¡¡Hija, allí donde sólo pasan el 1 y el 2!!!
YO: ¿y este cual es?
SEÑORA: Ah, vale, déjalo...

Pues esto que puede parecer algo irreal, es algo totalmente usual en esta nuestra profesión... ya no sé si es que la gente no se explica o yo no les entiendo...
¿Cuantas veces me habrán preguntado si el autobús pasa por la Caja Cantabria de ahí arriba? Pues una vez le dije a una señora que sí, porque yo iba hacia los juzgados y "allí arriba" hay una Caja Cantabria. En cuanto giré en Cuatro Caminos hacia Pedro San Martín... ¡Madre de Dios! todo lo que me pudo llamar esa mujer en décimas de segundo, porque ella no iba a esa Caja Cantabria, ella iba a la de Cazoña... ¿pues no será más fácil preguntar si voy a Cazoña? Parece ser que no.

Otra de las preguntas inexplicables, pero muy socorridas a la hora de marear a los conductores es la de: ¿pasas por la siguiente parada? Pues hombre, a no ser que el autobús empiece a volar en ese preciso instante, lo más seguro es que si pase por la siguiente parada. Y si alguien me puede explicar lo que quiere decir en realidad la gente con esa pregunta, acepto sugerencias porque yo no lo logro descifrar.

Voy por el Paseo Pereda, última parada antes de girar para las estaciones y me pregunta una mujer: ¿Hacia dónde vas ahora? La contesto claramente que voy a las estaciones. Se sube al autobús todo convencida y me dice muy segura de si misma: "pero antes pasas por El Sardinero ¿verdad?" Vaya una mirada asesina que me echó cuando la dije que no.

Nada, que ya no se si es que yo no me explico, o es que aquí cada uno vamos a nuestra bola y esperamos que todos los demás sepan con una simple mirada lo que queremos en cada momento y además que estén dispuestos a ofrecérnoslo sea como sea.

domingo, 12 de febrero de 2012

Ay hijina!!

Chicas, he descubierto un nuevo poder que obtendremos al alcanzar los 70 años (bueno, más o menos, lo de la edad exacta lo tendría que estudiar un poco más) LA ELASTICIDAD EN NUESTRAS EXTREMIDADES SUPERIORES, de ahora en adelante "brazos". Os preguntaréis: ¿Qué?; pues eso, he observado que las personas (mujeres) de esa edad en adelante son capaces de apearse del autobús agarradas al asidero de la puerta y dar hasta ¡¡¡5 pasos!!! antes de soltarla. Si, si, haced la prueba. Yo no he conseguido dar más de dos pasos antes de soltar. Ostras, que bien pensado se nos abre todo un mundo de posibilidades... Una vez que lleguemos a ese punto no necesitaremos el mando a distancia, nos podremos arrascar la espalda sin ningún tipo de problemas y ni contaros de las rebajas, poder estirar el brazo desde una distancia prudencial para poder alcanzar esa prenda que queremos, mientras las demás se matan a empujones...

Otra de las ventajas que tendremos llegada cierta edad es poder utilizar el famoso "¡Ay hijina!". Pongo ejemplos para que me entendáis: llegas con el autobús a una parada y viene una persona mayor corriendo a 100 metros, esperas, y en cuanto llega se agarra a la puerta y (siempre desde abajo, sin subirse) te saltan: ¡Ay hijina! casi le pierdo, es que estaba hablando con Mari que me estaba contando que la habían operado, porque su hermana tiene una vecina que hablaba inglés y dice que el hijo que se fué a estudiar a Brasil acaba de comprar un coche.... Que yo pienso: "muy bien, me lo puede contar desde dentro del autobús y así nos vamos... o mejor aún, no me lo cuenta se sube al autobús y nos vamos también".
O llegas a una parada y una persona mayor sube, con dificultad, pero sube y te dice: ¡Ay hijina! que alto está esto, ¿no se puede bajar?. Pues sí, pero ahora que está usted arriba no creo que sirva de mucho...
O lo último que me pasó la semana pasada: la situación era 0º en la calle, lloviendo a cántaros, una señora a las 7'30 de la mañana que iba a la piscina (¿qué necesidad tendrán ellas de madrugar tanto para ir a la piscina con lo malo que hacía?) y se sube al autobús con intención de pagar con una tarjeta que no era la correcta, como la dije que esa tarjeta no valía... ¡Ay hijina! es que no tengo dinero. Y pasa para atrás con toda la cara del mundo... La digo que si no tiene dinero tiene que bajarse del autobús y me contesta: ¡Ay hijina! ¿entonces que hacemos? (¿como que qué hacemos? usted se apea y yo sigo mi camino).

Y por último, no por ello menos importante, están las señoras que vuelven siempre en el último autobús (todos los días), y no, no vienen de trabajar. Entre semana quedan con las amigas a días alternos a echar la partida o bien para ir de compras. Los fines de semana al baile. Cosa que me parece perfecta, que nadie me entienda mal. Lo que me hace gracia es que siempre son las últimas en volver a casa (haga el tiempo que haga) y siempre se suben al autobús quejándose de lo malísimas que están, lo que sufren de los huesos, de las piernas o de las articulaciones... Si, si, malísimas, pero ellas no se quedan en casa a reposar, no sea que se las caiga encima... 
Lo bueno es cuando suben en grupo los fines de semana... normalmente peleándose porque Paquita ha bailado dos bailes con el que le gustaba a Conchi, y ésta sólo ha podido bailar uno con él y además no era agarrados. Y la pobre Mili ha tenido que bailar hoy con el que nadie quería y la ha pisado los juanetes, pero Angelines ha tenido suerte porque ha bailado con uno que está viudo, tiene mucho dinero y un apartamento en Benidorm, al que la ha invitado para el próximo verano, así que le tiene que decir a Julián, el señor con el que ha bailado los dos últimos fines de semana que ya no va a bailar más con él porque se va a de vacaciones con este nuevo... Por supuesto, en cuanto se apee Angelines del autobús será carne de cañón de esas amigas suyas que estaban tan contentas por ella... ¡¡¡AY HIJINA!!!


miércoles, 1 de febrero de 2012

En el aeropuerto

Esta semana prometía ser tranquila, en la línea del aeropuerto donde todo el que sube o baja del autobús está contento puesto que va o viene de viaje...

Pero hay un tema por el cual se trunca esa armonía que debiera existir en esta línea: "La parada del autobús". Yo creo que ya todos los compañeros tenemos asumido que en el 80% de las paradas de cualquier línea tenemos un coche aparcado (o en su caso varias personas al borde de la acera dificultando maniobras) y no podremos acercar el autobus para que los señores/as viajeros/as puedan acceder a él sin dificultad (hablo sobre todo de personas mayores). Ya lo tomamos como algo normal contra lo que no hay nada que hacer, pues no podemos llamar a la policía cada vez que llegamos a una parada. Aguantamos estoicamente que se nos quejen de que no arrimamos el autobús a la acera o incluso que nos digan que no tenemos ni idea de conducir....

En la parada del aeropuerto es distinto... puesto que solo hay dos opciones, o dejamos el autobús en la parada o nos quedamos en el carril de circulación (si es que alguien ha tenido a bien aparcar el la parada primero). El caso es que tenemos que estar allí una media de 5 minutos. Y claro, 5 minutos molestando a los coches que quieren salir de allí.... imaginarán lo contenta que estara mi madre de que todo el mundo se acuerde de ella.

Pues bien, para evitar el colapso del carril de circulación empiezo a tocar el claxon desde que logro ver la parada del autobús completa (de coches), si hay suerte y los coches aparcados tienen dentro (o en su defecto al lado) al conductor, me mirarán con cara de "¿qué haces pitando?" a lo que seguirá una seña de "por favor quita el coche de ahí" y seguramente con la mayor de las calmas conseguiré que le quiten.

Ahora, hay casos para dar y tomar. Después de dos minutos pitando y haciendo señas al conductor que se encontraba dentro del vehículo que a su vez se encontraba dentro de la parada, decido apearme por si no lo había captado a pedirle "POR FAVOR" que retire su vehículo del sitio habilitado para dejar el autobús; con la ventanilla cerrada lo primero que hace es insultarme, después abre la ventanilla y me grita: "¿DÓNDE QUIERES QUE DEJE EL COCHE?" a lo que educadamente y sin levantar la voz le respondo: "en el mismo sitio que tú quieres que deje el autobús" (mientras miro hacia el frente y veo que tiene al menos 500 metros de arcén en el que poder aparcar, MAL, pero sin molestar).  Bueno, al menos conseguí que se moviese, gracias a su madre (copiloto) que le advirtió de que yo tenía razón.

Bueno, pues en la siguiente vuelta; más de lo mismo. Pero esta vez estaba allí el encargado de la grúa del aeropuerto llevándose el coche cuando salió el dueño gritándole: "¡¡¡¡Lo que está haciendo es ilegal! voy a llamar a la policía y a mi abogado!!!!". ¿De verdad hay gente así? PUES SI QUE LA HAY.

Y luego están los que tienen el coche durante hora y media (es decir, 3 vueltas seguidas) en la parada del autobús, que me están viendo pitar, que ven la cola de coches que he formado con el autobús en medio de la calle y que actúan como si no fuese suyo el coche... Solución: pues no funciona siempre, pero sí en la mayoría de los casos; Se hace una foto con el móvil en la que se vea bien la matrícula y situación del vehículo y se llama a la policía... No veais lo bien que sienta ver como echan a correr como gamos en busca de un sitio mejor...

A los que dejan el coche en el parquing...Gracias de todo corazón!!!



viernes, 27 de enero de 2012

Hola a todos

Llevo un año y poco trabajando como conductora de autobuses. Lo suficiente como para haber aprendido ya que todos los días tengo una interesantísima historia que contar sobre la condición humana en esta mi maravillosa ciudad. Pero si además os digo que también tengo a mi marido trabajando desde hace quince años como conductor de autobuses, comprenderéis que las historias se multiplican por dos, incluso hay días que hasta por tres....

Hemos decidido empezar este blog por varias razones: para que tengamos un sitio donde poder revivir nosotros mismos todo esto que nos pasa, para que quien quiera pueda seguirlo si le gusta, para poder dar el punto de vista de los conductores ya que el otro punto de vista lo puede poner cada uno y sobre todo y más importante; para desahogarnos con el blog y no siempre con el contrario.

 El blog se llama así porque es la pregunta que más veces tenemos que escuchar todos los conductores aquí en Santander... una media de 30 veces al día y diréis que vaya exageración, pero de una fila de unas 20 personas que pretenden entrar en el mismo autobús y hablan con el mismo conductor os puedo asegurar que 7 u 8 personas preguntarán si ese autobús pasa por Valdecilla o en su defecto por la calle San Fernando. Y no, no darán los buenos días, ni un hola, ni un gracias más que una o dos personas (con suerte, si los planetas se alinean, luce el sol y piscis está en ascendente...). ¿Realmente es posible que no oigas lo que está preguntando la persona que tienes delante de ti? y no solo es que esté delante de ti, es que además si es en hora punta tendrás a esa persona tan pegada a ti (por los empujones del resto de la fila) que deberías oir hasta sus pensamientos más íntimos. En fin, como hacen todas las preguntas a la vez, empiezas a contestar "si, si, no, ese viene dentro de 10 minutos, no, si, no se cuanto queda para el 6, si, no, no, si,..."  como así nadie se aclara, te repetirán la pregunta de nuevo y con suerte de uno en uno para que todos nos aclaremos.

Por supuesto prefiero que me hagan tantas preguntas a que no hagan ninguna y cuando vas tranquilamente conduciendo, una voz grita desde el fondo del autobús "¿pero este no iba por Valdecilla? ¿Dónde nos lleva?" En el momento te crea la duda y piensas: "vaya, ¿qué línea estoy haciendo?" son unas decimas de segundo, pero casi te hacen replantearte toda tu vida. Hasta que eres consciente de que tú vas bien y el que se ha equivocado es Esequegrita; o en el peor de los casos, que si que te has equivocado y tiene razón Esequegrita; entonces preparate para un Tsunami de comentarios desproporcionados que recorrerán el autobús en 0,00000000001 milésimas de segundo.